jueves, 1 de octubre de 2009

Darwinismo Social





DARWINISMO SOCIAL




Andrea Paola González
Andrea Carolina Valenzuela Ramírez
Juan Camilo Márquez Montañez*




A mediados del siglo XIX, se dio origen a una nueva visón del universo que puso en duda todo el pensamiento judío-cristiano sobre la creación y la aparición de los criaturas sobre la faz de la tierra. Darwin es su libro El Origen de las especies, deja claro que la evolución de las especies es producto de una serie de adaptaciones de los seres a su entorno.

Asimismo, para intentar comprender cómo se dan esos cambios sociales a través de la historia de la humanidad, las ciencias sociales trataron de dar explicaciones retomando las teorías biológicas evolucionistas como las de Darwin. Fue Herbert Spencer primer científico social, que intentó hacer una integración entre las teorías evolucionistas de las ciencias naturales y el cambio social, por eso, funda el “mal llamado” darwinismo Social; sin embargo Spencer no toma a Darwin como base de sus teorías sino la idea de la supervivencia del más apto de Malthus para construir la concepción del principio de selección natural. frase que va hacer el pilar de este enfoque, es necesario, para aplicarlo en los procesos económicos, sociales, políticos y culturales.

Spencer habló de leyes evolucionistas generales para dar entender como tal ese cambio social; por tanto, parte del mundo inorgánico; pasando por el orgánico y superorgánico de las sociedades, pero en base a los individuos, donde se llega a afectar la mente humana a partir de la conciencia. Estos principios evolucionistas explicarían las transformaciones de los organismos biológicos -ley de crecimiento; tendencias hacia la complejización estructural y diferenciación; interdependencia y correspondencia entre estructuras y funciones; tendencias a la supervivencia de organismos sociales en general- (Espina, 2005: 3)

Lo que queremos mirar con la teoría tratada anteriormente, es cómo ha sido su aplicación en la realidad social y cómo ha influenciado en la construcción ideológica en ciertas sociedades en el mundo moderno. Es por eso, que muchos autores e ideólogos políticos emplearon los principios del darwinismo social para justificar la “supremacía racial” (los blancos sobre los negros) y la “superioridad” de Occidente sobre Oriente. Ejemplos sobre esto pueden ser: el Holocausto Nazi, el colonialismo en América y África, la extinción de los aborígenes, conflictos fundamentalista en oriente medio, nacionalismo extremista -todos ellos han generado genocidios y hechos contundentes de lesa humanidad-.

A continuación, se tratará cómo se ha usado ese darwinismo social endógenamente en las estructuras estatales; a partir de las teorías del siguiente autor postmoderno:
Michel Foucault, en “Defender la Sociedad”, plantea que durante el siglo XIX hay una serie de consideraciones de la vida por parte del poder; “por decirlo de algún modo, un ejercicio del poder sobre el hombre en cuanto ser viviente, una especie de estatificación de lo biológico.” (Foucault, 2006, pág. 217). Tanto el control como la estatificación de lo biológico se encuentran condicionados por el derecho de vida y de muerte, ya sea que éste derecho se halle en siglo XVIII hacia atrás, determinado por la soberanía del monarca; y en el siglo XIX hacia adelante, está determinado por la soberanía del Estado.

El derecho sobre la vida y la muerte, en el caso de la soberanía del monarca, se había configurado de la siguiente manera “Hacer morir, dejar vivir”, que en otras palabras sería que para el monarca la vida de sus súbditos no tiene valor alguno por lo tanto no hay ningún problema en que se mueran, sin embargo, él decide cuando deja vivir -Estableciendo al rey o la reina como el más apto, el más fuerte debido a que en él se encuentra investido el poder divino- Ejemplo las decapitaciones de Enrique VIII. Por otro lado, en la soberanía del Estado, éste derecho se encuentra configurado de la siguiente forma: “hacer vivir, o dejar morir”, lo que quiere decir, que la vida del componente humano del Estado tiene un valor y un papel importante, por lo tanto, el Estado debe garantizar y mantener la vida, a través de una serie de mecanismos y controles, y al Final es el Estado que decide: si se sigue manteniendo la vida y deja morir. Ejemplo la eutanasia, aborto y la pena de muerte.

Para Foucault el Estado “moderno” ejerce éste control sobre la vida (Biopoder) a través de una serie de políticas (Biopolítica) como el control de la natalidad, de la morbilidad, incluso de algunos fenómenos que se reflejan en lo político y lo económico. El control de la morbilidad tendrá en sus fundamentos el darwinismo social, debido a que se busca mejorar la especie, con vacunas y medicinas para que se mantenga viva la especie (longevidad) y se debe mantener en buenas condiciones la población para que esta sea productiva. A medida que la población o la persona en si deja de ser productiva simplemente es rechazada para que otra más productiva continúe con su labor. Entonces, es el más apto, el más productivo el que la estructura estatal mantiene; un ejemplo claro es que una persona con una vejez avanzada no produce igual que una que está en la plenitud de la juventud.

Pero, ésta exclusión o éste “darwinismo”, no siempre se da desde el Estado o de las instituciones hacia la población, sino entre la misma población hay exclusión, ya sea por lo biológico, lo económico, y lo cultural. Un ejemplo de lo biológico lo constituye el rechazo a esas personas que poseen algún tipo de enfermedad, muchas de las veces, terminales como el SIDA, ya que se toma como una deficiencia o debilidad de la especie; por lo económico, se rechaza aquel que no tiene las condiciones económicas optimas como el habitante de calle o “indigente”; por lo cultural, en varias ocasiones se rechaza aquel que posee rituales y costumbres diferentes .

En la contemporaneidad, muchos sociólogos han adoptado una postura crítica frente al evolucionismo social. Entre ellos, están los sociólogos Anthony Giddens y Pierpaolo Donati, quienes no conciben la propuesta del evolucionismo como una generalidad para el cambio social de una determinada sociedad. Evidentemente, existen comunidades y de hecho, sociedades que históricamente no han desarrollado los mismos mecanismos para adoptar tecnologías y constituir instituciones políticas, sociales y económicas, lejos del paradojismo que implica explicar la evolución natural como la social.

Teniendo en cuenta las dimensiones anteriormente tomadas para explicar el universo social desde el darwinismo social podemos exponer los siguientes puntos, basados también en las nociones de sociólogos contemporáneos:

El evolucionismo social implica para sus teorizadores una concepción de historia como cambio social y al paso del tiempo como cambio (Giddens; 2003: 269), lo cual en consecuencia, reduce el cambio social de una parte de la sociedad a todas sus partes y denota que la historia en sentido general, como la historia de clases, por ejemplo, es la única válida para toda la sociedad. Allí es imprescindible entender la separación entre Occidente y Oriente, pues a partir de teorías como la marxista, se tiende muchas veces a explicar la transformación de las sociedades en general, atendiendo al poderío de la cultura occidental y olvidando que culturas como la China y la India, entre otras, tuvieron otros procesos y mecanismos de cambio social que generaron sus instituciones y desarrollos sociales particulares.

En consecuencia, nos debemos apartar de esas teorías evolucionistas para comprender el cambio social desde la realidad social per se y con las herramientas metódicas que poseen las ciencias sociales para abordar las problemática sociales. Y más aún, desde Latinoamérica llegar a establecer unas propias teorías para los procesos de cambio y para la constitución de unas sociedades autóctonas.


BIBLIOGRAFÍA

· ESPINA, Álvaro. “El darwinismo social de Spencer a Bagehot”. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 2005. Tomado de: http://www.ucm.es/centros/cont/descargas/documento6172.pdf

· FOUCAULT, Michel. “Defender la sociedad”. Fondo de Cultura Económica. Argentina, 2006.

· GIDDENS, Anthony. La Constitución de la Sociedad: Bases para la teoría de la Estructuración. Amorrortu. Buenos Aires, 2003.

· GIDDENS, Anthony. Sociología. Ediciones Alianza. Madrid, 1993.






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* UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS, FACULTAD DE SOCIOLOGÍA, CATEDRA: GEORDANO BRUNO, VISIONES DEL UNIVERSO.

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